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Las técnicas de estudio más relevantes para afrontar una oposición
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Las técnicas de estudio más relevantes para afrontar una oposición

Las técnicas de estudio más relevantes para afrontar una oposición

Tengo que estudiarme esta montaña de folios, pero ¿cómo me lo estudio?, ¿qué estrategias o técnicas de estudio utilizo?

Voy a comprarme un buen número de rotuladores de colores, empezaré a leer y a subrayar, tratando de memorizar desde la primera página hasta la última.

Voy a leer los temas “por encima” y el día del examen haré lo que pueda.

¿Son correctas algunas de estas dos opciones? A lo largo del presente texto, trataremos de dar respuesta a esta y otras cuestiones.

Palabras clave: técnicas, estudio, oposición, resumen, memoria, repaso.

Por qué necesitas técnicas de estudio para aprobar oposiciones.

Preparar con éxito una oposición es un pensamiento que se plantean muchas personas, pero a veces el volumen del material a estudiar y la dificultad del examen hacen que se descarte la idea. En este desafío emplear técnicas de estudio pasa a ser un recurso indispensable. Y es que aplicarlas no solo facilita el proceso de memorización, sino que son necesarias para obtener buenos resultados y sacarle provecho a todas las horas que invertimos a diario.

Técnicas de estudio para opositores*.

Antes de comenzar, es importante destacar que el uso de una u otra técnica dependerá del tipo de examen o prueba a la que nos enfrentemos (desarrollo, tipo test, oral, práctico, psicotécnico, etc.). Del mismo modo, cada opositor debe emplear aquellas técnicas que mejor se adapten a sus capacidades individuales, por lo que resulta importante que conozca las distintas opciones que tiene. Aquí exponemos algunas de las técnicas más eficaces:

Lectura.

Es la primera toma de contacto con un documento que pretendemos estudiar. Primero se debe hacer una pre-lectura, de forma rápida y prestando atención al título, índice, subtítulos, aspectos destacados en negrita, ilustraciones y esquemas. En segundo lugar, realizar una lectura comprensiva, tratando de entender el texto en su globalidad, se recomienda realizar la lectura por epígrafes completos. Y, por último, una lectura analítica, que se hace párrafo a párrafo, tratando de buscar y comprender todos los conceptos para entender al detalle todo el significado del texto.

Subrayado.

Se debe hacer mediante una lectura párrafo a párrafo, destacando solo aquellas palabras clave que nos sirvan para recordar toda la idea del mismo. Teniendo en cuenta que estas palabras tengan una continuidad entre sí, que nos ayude a entrelazar ideas. Es importante no sobrecargar el texto de subrayado, pudiendo hacerse pequeñas anotaciones en los márgenes. Una vez que has hecho uso de esta técnica, podrías hacer uso de la siguiente: el resumen.

Resumen.

Su objetivo es sintetizar el tema y ayudarte a comprenderlo. Debe estar formado por párrafos cortos y eliminar toda la información no esencial, pero sin dejar fuera ningún dato o idea importante. Debes utilizar tu propio vocabulario y formas de expresión, pero con un nivel lingüístico de calidad. En todo caso, es importante tener en cuenta la extensión del resumen, debe ser un resumen operativo y adaptado a la prueba. De nada sirve estudiarse un tema de 20 folios, si tu prueba consta de 2 horas para redactarlo y solo tendrás ocasión de redactar 6. Como idea te aconsejamos que hagas “prueba real” de examen para conocer cuántas palabras eres capaz de escribir en el tiempo asignado para la prueba. Y, posteriormente, crear un “resumen especial” adaptado a ese número de palabras. También hay que considerar que con entrenamiento se puede lograr un aumento de hasta un 30% en el número de palabras que podemos llegar a escribir.

Lecturas comprensivas frente a memorizar palabra por palabra. Los estudios revelan que es más recomendable hacer lecturas comprensivas reiteradas del resumen, más que memorizar palabra por palabra. Es preferible hacer lecturas comprensivas de un tema o de varios de un mismo bloque, meditando y disfrutando cada párrafo pero sin empeñarse en memorizarlo a la primera. Tras muchas lecturas comprensivas y digestivas, será el momento de memorizarlo, pero sin agobiarse si no lo conseguimos. Además, podemos apoyarnos en otras técnicas como las que se explican a continuación.

Esquemas.

Pueden ser de llaves, de flechas, de diagrama, numérico, de letras o combinando números y letras. Sirven para representar y visualizar el tema de un solo vistazo. La información debe ser breve y estar bien estructurada de forma jerárquica. Un error habitual es estudiarse el esquema dejando de lado el resumen. Si haces esto, el gran día solo recordarás el esquema, que será más pobre en contenido que el resumen.

Mapas mentales o conceptuales.

Debe ocupar como máximo una cara de folio y ser agradable a la vista. Con bolígrafo azul escribiremos todas aquellas asociaciones de palabras que queramos recordar. Es importante realizarlo una vez hayamos creado y comprendido el resumen. Solo escribiremos palabras sueltas o frases cortas, situando el título y número del tema recuadrados en la zona central del folio, y estableciendo los diferentes epígrafes alrededor de este cuadro central. Veamos un ejemplo:

Reglas nemotécnicas.

¿Cómo memorizo aquello que me cuesta mucho? Usa reglas nemotécnicas:

  • La historia o el relato. Se utiliza para memorizar una secuencia de palabras que no presentan relación entre sí. Consiste en crear secuencias de imágenes mentales formando una película, donde aparezcan dichas palabras. Por ejemplo, para recordar las palabras: portero, pelota, defensa, delantero y árbitro, se podría visualizar un partido de fútbol “El portero saca en corto, recibe la pelota el defensa, que realiza un pase en largo hasta su delantero, trata de hacer una chilena y… ¡sorpresa! Le da un pelotazo al árbitro”.
  • Las iniciales. Para recordar una lista de palabras, se utiliza la primera letra o primeras letras de cada, tratando de formar una única palabra (más fácil de recordar). Ejemplo: EFAMA (enero, febrero, abril, mayo, agosto).
  • Casilleros mentales. Se utiliza para memorizar secuencias de números, fechas o años. Consiste en transformar los números (del 1 al 0) en consonantes, buscando cierta similitud para poder recordarlos fácilmente. De este modo, para recordar una fecha se crea una palabra utilizando estas consonantes, que previamente hemos memorizado, y añadiéndole las vocales necesarias para crear una palabra.
  • Imagen emocional: poner imagen que te ayude a recordar. Elige aquella imagen impactante buscando un impacto emocional que te ayude a recordar.

Glosario.

Hacer un glosario puede ser muy útil, incluso necesario, para ayudarnos a comprender mejor los conceptos con los que no estamos familiarizados y que nos son desconocidos, como por ejemplo los términos más técnicos de cada tema.

Grabación y escucha activa.

Graba mientras lees un texto y después lo escuchas. Además, si hay alguna parte del texto que te cuestas memorizar, al grabarlo léelo con cierta musicalidad (a modo de rap, por ejemplo) porque genera un impacto importante a nivel de emoción y de memoria. Ahora bien, a la hora de escucharlo debes recordar que hay que hacer una escucha activa.

Técnica Pomodoro

Es una técnica de gestión del tiempo de estudio que consiste en lo siguiente:

  • Crea una lista de tareas para afrontar, en orden de prioridad.
  • Con un cronómetro, realiza 25 minutos de estudio y un descanso de 5 minutos (esto se considera un pomodoro).
  • Durante el tiempo de estudio NADA debe distraerte, por lo que debes dejar en modo avión el móvil. En estos 25 minutos tu autoexigencia debe ser máxima, estudiando a la máxima intensidad posible.
  • Tras realizar 4 pomodoros, realiza un descanso de 20 a 30 minutos.

En todo caso, en la siguiente entrada te explicamos la base de nuestro método de trabajo, que utiliza algunas de las anteriores: Cómo trabajar los textos de estudio de una manera dinámica y eficaz en las oposiciones: análisis jerárquico.

10 recomendaciones aplicables al estudio.

Elige bien el lugar y momento de estudio.

¿Dónde estudio? Estudia en una sala tranquila, aireada, que esté a 22-25 grados y bien iluminada (si es luz natural mejor). Si es posible que sea siempre la misma. Hay quienes prefieren las bibliotecas públicas porque se contagian de otras personas que también están estudiando. Además, tiene la ventaja de que no asocias tu casa con el estudio y sí con el descanso.

Busca una posición cómoda, mejor sentados que tumbados y con una buena silla.

¿En qué momento del día rendiré más? Aunque cada uno tiene su mejor momento en el día, por lo general, es por la mañana cuando el cuerpo y la mente están más descansados para estudiar.

Personaliza tu material.

Hazlo en la medida de lo posible, para facilitar su estudio y ser más exclusivo en el tribunal.

Tener todo el material al alcance.

Organizar y tener disponible todo el material necesario antes de empezar, evitará tener que levantarnos y perder la concentración.

Hazte preguntas.

Hazte preguntas antes, durante y después de estudiar un documento, plantéate el porqué de las cosas. Este hecho te permitirá reflexionar sobre lo que estás intentando interiorizar. Intenta responder a las preguntas planteadas ayudará a integrar la nueva información en los conocimientos previos y podrán generar nuevas preguntas que te ayudaren a profundizar y reflexionar sobre lo que estás estudiando, lo cual garantizará una mayor retención y comprensión.

Estudiar con intensidad.

Estudiar con intensidad, mediante lecturas rápidas pero comprensivas y digiriendo la información es fundamental. Estudiar como si el examen fuera la semana siguiente. A veces el tener muchas horas por delante hace que bajemos el ritmo, bajando al final de la jornada la productividad.

Realiza pruebas específicas.

La evaluación es fundamental para saber con certeza si estamos asimilando correctamente los conocimientos, y ser conscientes de cuáles son nuestros puntos débiles. Así podremos enfocarnos más en aquello que se nos resiste.

Incluye el repaso como una rutina más.

No olvides el repaso para esquivar la sensación de olvido. El repaso es una continuación de la memorización y debe ser una rutina planificada, ya que en cada repaso se irán refrescando y consolidando los conocimientos. ¿Qué hago si me doy cuenta de que cuando repaso siempre olvido algo? Haz uso del folio chivato: folio en el que registras lo que olvidaste en los últimos repasos, que te permitirá evaluar la memorización, para siguientes repasos.

Apunta y olvida las preocupaciones.

Si cuando estás estudiando hay pensamientos o preocupaciones que te distraen, apúntalo en un folio y después lo atiendes.

Planifica los descansos.

No olvides planificar los descansos: tan importante es el trabajo como lo es el descanso. En los descansos, cambia de habitación y relaja la vista.

Sé consciente de que habrá días que no rindas tanto como otros.

Es normal, contamos con ello. Este proceso es largo y sabemos que tendremos altibajos de todo tipo. No nos castigamos por ello.

Aquí te dejamos el link con otras entradas que te aportarán información adicional:

Tenemos dos lemas que podemos plantear a modo de conclusión:

Haz de tu pasión tu profesión.

No digo que vaya a ser fácil, pero sin duda merecerá la pena.

 

* A lo largo de esta entrada se han utilizado formas lingüísticas tales como alumnos, compañeros o profesores aludiendo a ambos géneros, tal y como establece la RAE. El proyecto EFOS+FORMACIÓN se distingue por ser inclusivo y respetuoso con la diversidad de identidad de género de nuestra comunidad de lectores.

* A lo largo de esta entrada se han utilizado formas lingüísticas tales como alumnos, compañeros o profesores aludiendo a ambos géneros, tal y como establece la RAE. El proyecto EFOS+FORMACIÓN se distingue por ser inclusivo y respetuoso con la diversidad de identidad de género de nuestra comunidad de lectores.

 
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