La planificación personal en la preparación de oposiciones: el día a día del opositor*
“No sé lo que me pasa pero le dedico más horas que un reloj y no tengo la sensación de control de la situación”, “Me estresa no saber si llegaré a poder estudiarme todo lo que se exige en el examen”, “Estoy agotada pero no puedo parar porque si no creo que no llegaré a mirarme todo lo que tengo previsto”.
Estos son algunos de los pensamientos que en muchas ocasiones rondan en la mente de los opositores. ¿Quizás sea debido a una deficiencia en la planificación del proceso? A lo largo de las siguientes líneas se tratará de dar respuesta a esta y otras cuestiones.
Palabras clave: consejos, rutina de estudio, planificación y rendimiento.
Hacer un planning de estudio para las oposiciones nos ayuda a tener una mejor organización, a relajarnos mental y emocionalmente, y a ser más disciplinados. Pero también es importante para tener los objetivos más claros y llevar un buen control de nuestros progresos.
En esta entrada vamos a profundizar en varios aspectos abordados en la entrada titulada: “Cómo preparar una oposición: decálogo del buen opositor”.
La mejor manera de planificar nuestro tiempo de dedicación al estudio de las oposiciones a largo, medio y corto plazo, es comenzar por hacer una estimación realista del tiempo que disponemos y que creemos que vamos a necesitar en función del material y temario a trabajar, y de la fecha de examen. Después haremos una distribución mensual del material a estudiar y, a continuación, una más detallada para cada semana. Finalmente crearemos nuestro calendario diario, estableciendo horarios que nos ayuden a cumplir con los tiempos planificados.
¿Cómo hacer la planificación semanal de estudio?
Nuestra planificación anual de estudio debe ser integrada, es decir, contener todas las parcelas o secciones que se incluyen en la oposición a la que te vas a presentar: temas, supuestos o casos prácticos, programación didáctica, unidades didácticas, preguntas de fase de debate, legislación, etc. Todas estas secciones deben ser incluidas a lo largo de la planificación de estudio que vamos a seguir a lo largo del año. Esto significa que necesitamos organizar una hoja de ruta a modo de planificación de todo el ciclo de preparación estableciendo tiempos para cada parcela.
Pero, vamos por partes, ¿y para hacer la planificación semanal, qué aspectos tengo que contemplar de forma prioritaria? Para hacer nuestro planning de estudio semanal tenemos que tener claro cuánto tiempo vamos a dedicar a estudiar, cómo vamos a gestionar el trabajo y el descanso, no olvidar las pruebas específicas, así como otras variables como el ocio y el cuidado personal. Estos aspectos serán abordados en los siguientes apartados.
Horas reales de estudio
Las horas de estudio las debe definir cada opositor en función de sus propias circunstancias. Las personas con disponibilidad total intentan estudiar ocho horas diarias, como si se tratase de una jornada laboral. Pero más importante que las horas de estudio, es conseguir una concentración que nos permita aprovechar ese tiempo. Por otra parte, planificar nuestro día con unas expectativas poco realistas, puede provocar frustración y desmotivación.
Tiempos de estudio y descanso
Intentar “estudiar del tirón” puede ser agotador y al final, menos productivo. Uno de los métodos más utilizados es la técnica del «Pomodoro», para administrar el tiempo durante la sesión de estudio. Consiste en hacer intervalos de 25 minutos de concentración intensa y 5 minutos de descanso. La idea de la técnica del «Pomodoro» es que la agilidad mental mejora cuando se hacen pausas breves y frecuentes. Cada persona es distinta y estos tiempos se pueden modificar, pero es importante tomarse un pequeño descanso, al menos cada hora. La idea es que el tiempo pactado con uno mismo sea de intensidad máxima, sin distracciones.
Además, tenemos que planificar un descanso suficiente de, al menos 7 horas de sueño, para que la dopamina haga su efecto reparador.
→ Tienes que tener presente que el descanso es lo que te permite «recargar la batería» para poder llegar al final del proceso con energía y en plenas facultades. Un móvil sin batería no va, tú sin descanso tampoco.
La rutina como mejor aliada.
Tener una rutina para las oposiciones puede ser la clave del éxito: se sabe que cuerpo y mente funcionan mejor cuando se ajustan a unas pautas fijas y cíclicas, incrementando el rendimiento cognitivo y académico. Esto significa que hay que intentar hacer las cosas siguiendo un orden y unos horarios de forma que asumamos nuestras tareas sin pensar, casi en «modo automático». Lo ideal es mantener un horario de estudio lo más estable posible.
Realización periódica de pruebas específicas.
Uno de los errores más habituales en los opositores es olvidar este aspecto, que también tiene que estar planificado. Según en el momento de la preparación en el que estés deberías hacer más o menos simulacros. Como regla general al menos 1 al mes. Conforme se acerca la fecha del examen, debemos incrementar el número de pruebas o exámenes. Este hecho nos aportará feedback para ver si la forma de estudio que estamos adoptando es productiva o tenemos que buscar alternativas.
El ocio y el cuidado personal.
Sacrificar el tiempo de ocio no nos va a ayudar a rendir más. Al contrario, puede ir agotándonos progresivamente. Es importante planificar el ocio diario y semanal. En el caso de la recompensa semanal aconsejamos que se haga una actividad lejos de nuestro lugar habitual de estudio y que suponga una desconexión total. Pero, ¿y el ocio a diario? Consideramos que dentro del calendario diario, hay que reservar al menos una hora para hacer alguna actividad de relax, como leer, ver una película, escuchar música o cualquier hobby. Entre todas estas actividades, la que consideramos más importante es la práctica de actividad física. Debemos añadir a nuestra rutina de oposiciones el ejercicio físico, incluso si hasta ahora no teníamos el hábito. Opositar es una tarea muy exigente a nivel intelectual y que nos va a mantener clavados en una silla durante meses. Por lo tanto, es el momento de incorporar una rutina de ejercicio, al menos una hora durante cuatro días por semana de intensidad suficiente para cansarnos y sudar. El ejercicio físico es bueno para el cuerpo en general, y para el corazón y el cerebro en particular. Es más, mejora el rendimiento cognitivo y académico según multitud de investigaciones. Si tienes dudas en relación a qué deporte elegir, te puedes plantear la natación porque suele funcionar muy bien, ya que si se hace correctamente, descarga la musculatura de la espalda y cuello, que suele verse afectada por el mantenimiento prolongado de posturas fijas o isométricas.
Por otro lado, dedicar 15 minutos diarios a la práctica de mindfulness por la mañana, antes de empezar a estudiar, está demostrado que hace que mejoremos la concentración en el periodo de estudio e incide positivamente en la gestión emocional, gracias a la liberación de oxitocina.
Disfrutar de las sensaciones satisfactorias y gratificantes que quedan tras una jornada de estudio es fundamental, porque nos motiva para continuar en la siguiente jornada con ánimos y optimismo. Aconsejamos que al final de cada jornada de estudio se dediquen 2 minutos a escribir en un folio todo lo que se ha avanzado y guardarlo. Al final de la semana viene muy bien el dedicar 5 minutos a revisar las anotaciones registradas en todos los folios cada día.
Conclusión
Aunque al principio pueda parecer algo excesivamente rígido, la realidad es que crearnos una planificación y rutina bien detallada puede ofrecer muy buenos resultados en cuanto a productividad, aprovechamiento del tiempo e incluso, paz mental.
Además, consideramos que es una buena idea el que se haga un pacto privado por escrito con uno mismo mediante la firma de la planificación establecida, para adquirir el compromiso de cumplirlo (ver ejemplo de plantilla de planificación expuesta previamente). En todo caso, si surgen imprevistos, es necesario re-planificar para tener claro siempre el objetivo a corto, medio y largo plazo. Muchas veces se tiene la sensación de que reajustar la planificación es una pérdida de tiempo, pero es todo lo contrario, es la mejor inversión en tiempo que se puede hacer.
Recomendamos en todo caso, contar con un especialista con experiencia para que no se escapen detalles importantes. Por ejemplo, en tu planificación no debes olvidar los repasos de los materiales estudiados, para reducir el efecto olvido, y debes considerar también las fechas de las pruebas parciales planificadas, para ajustar la carga del estudio semanal.
Aquí te dejamos el link con otras entradas que te aportarán información adicional:
- Ley de Parkinson
- Requisitos para ser maestro o profesor de Educación Física y para las oposiciones
- Cómo preparar una oposición: decálogo del buen opositor
- Las técnicas de estudio más relevantes para afrontar una oposición
- Estudiar oposiciones a los 40: ¿es posible?
Tenemos dos lemas que podemos plantear a modo de conclusión:
Haz de tu pasión tu profesión. |
No digo que vaya a ser fácil, pero sin duda merecerá la pena. |
* A lo largo de esta entrada se han utilizado formas lingüísticas tales como alumnos, compañeros o profesores aludiendo a ambos géneros, tal y como establece la RAE. El proyecto EFOS+FORMACIÓN se distingue por ser inclusivo y respetuoso con la diversidad de identidad de género de nuestra comunidad de lectores.
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